La teoría de la trofobiosis es un gran análisis del maestro Jairo Restrepo Rivera sobre la utilización de agroquímicos y su efecto negativo en los terrenos agrícolas. Con lo cual, los cultivos y plantas se verán afectados de por vida.
Ciertamente los agrónomos, en el campo de la investigación agronómica de fisiología vegetal, se preocuparon en mejorar el crecimiento, la producción, la resistencia de las plantas cultivadas y se interesaron por todo lo que respecta a la nutrición mineral de la planta, sus desequilibrios, sus deficiencias. Pero, incontestablemente, les faltó estudiar una relación estrecha entre la fitofarmacia y la fisiología vegetal.
El estudio de las repercusiones de los agrotóxicos, de todos los tipos y bajo todas las formas de su aplicación, sobre la fisiología de las plantas, solamente fue abordado de forma superficial: efectos tóxicos directos, en su mayor frecuencia. Los efectos indirectos a largo y corto plazo fueron «ignorados».
En otras palabras, es tener conciencia y saber que los agrotóxicos, aunque no provoquen quemaduras o fenómenos aparentes de fitotoxicidad, se muestran tóxicos para la planta, con todas las consecuencias que esto implica sobre la resistencia a sus «agresores» ya sean estás hongos, bacterias, insectos o el mismo virus.
La teoría de la trofobiosis
Video de Jairo Restrepo Rivera
Trofobiosis. Principio ECO– Toxicológico de la agro-protección.
Este principio se fundamenta en la trofobiosis, en la ocurrencia de fitoalexinas (factor de resistencia de las plantas) y en las interacciones alelopáticas.
Nota: El estado rígido de una planta corresponde a la acumulación de almidón, aumento de las proteínas; de los compuestos fenólicos (alexinas) y de respiración, demostrando un metabolismo acelerado y, como consecuencia, la resistencia de los vegetales a los parásitos.
UNA PROTEÍNA ESTÁ COMPUESTA POR UNA SECUENCIA DE AMINOÁCIDOS
LAS PLANTAS QUE ESTÁN EN CRECIMIENTO UNEN LOS AMINOÁCIDOS PARA FORMAR SUS PROTEÍNAS
PARA QUE LOS AMINOÁCIDOS SE UNAN Y FORMEN PROTEÍNAS SON NECESARIAS LAS ENZIMAS
LAS ENZIMAS NECESITAN DE UNA NUTRICIÓN COMPLETA Y BALANCEADA PARA ACTUAR.
RESUMEN.
Las plantas no tienen un sistema interno de defensas orgánicas, como los animales lo tienen Los vegetales se adaptaron al ambiente, así, la «evolución del suelo y clima» y las variaciones atmosféricas del tiempo, dentro de los parámetros mundiales, moldearon los vegetales que no pueden emigrar periódicamente o refugiarse dentro de una caverna o nido.
Un cambio fuera de los parámetros normales lleva a desequilibrios, muerte, destrucción o extinción de una especie o comunidad vegetal.
Los vegetales son organismos de nutrición autotrófica, o sea que sintetizan su propio alimento (trophos) a partir del carbono atmosférico (CO₂) y agua por intermedio de la luz solar. Esta síntesis desencadena otras, hasta llegar a la síntesis de proteínas, la cual se denominan PROTEOSÍNTESIS.
Los organismos heterotróficos se nutren parásita y saprofíticamente de estas reservas, a través de la PROTEÓLISIS (descomposición de la molécula de proteína en aminoácidos), para entonces sintetizar sus propias proteínas.
En los vegetales se producen proteosíntesis y también proteólisis para la reestructuración de las proteínas, además de nuevas síntesis con el cumplimiento de las fases fenológicas o translocación de nutrientes.
El profesor Chaboussou creó la teoría de la trofobiosis, la cual sostiene que las defensas orgánicas de los vegetales están determinadas por una nutrición equilibrada, la cual impide la acumulación de substancias nutritivas (para los heterótrofos = azúcares y aminoácidos libres) en la savia o citoplasma.
También hay que entender que las formas de propagación de los hongos y virus carecen de reservas, tal y como existen en los cotiledones de los organismos autotróficos, motivo por el cual necesitan de una savia o citoplasma como fuente nutricional con acumulación proteolítica.
Los insectos desarrollaron, evolutivamente, la percepción de los individuos de su especie de sexo igual u opuesto a través de feromonas, donde cantidades ínfimas, del orden de 1×1015,18 gramos, atrae o repele individuos a decenas de kilómetros de distancia.
Otra facultad de los insectos, todavía no bien estudiada, es la capacidad que tienen de detectar una planta desequilibrada en medio de una huerta, pomar o floresta llena de individuos de una misma especie.
Las hormigas cortadoras ilustran muy bien estos casos: recorren kilómetros en medio de un pomar para «atacar» un árbol. Por ejemplo, la cáscara de los cítricos difícilmente es atacada en el árbol, pero una vez en el suelo, es vorazmente recogida.
En una planta equilibrada, durante su proteosíntesis, no hay acumulación de nutrientes, por lo que los parásitos no tienen qué comer ni tampoco pueden explotar poblacionalmente.
En las observaciones de Howard recopiladas en su «Testamento Agrícola» 1890, éste decía: «Sobre un suelo sano la planta es sana». «Sobre una planta equilibrada, la plaga muere de hambre» (Lutzenberger).
Trofobiosis. Fertilizantes y metabolismo general de aminoácidos.
Hemos citado, repetidamente, algunos conceptos como PROTEOSÍNTESIS o SÍNTESIS PROTEICA, PROTEÓLISIS o LISIS PROTEICA, AMINOÁCIDOS LIBRES, TASA DE ASIMILACIÓN DE CARBONO, etc.
Son conceptos que crearon vida por la mano de Francis Chaboussou, investigador francés que formuló la teoría de la trofobiosis.
Según Chaboussou, las plantas presentan dos estados fundamentales: el de SÍNTESIS y el de LISIS. El estado de SÍNTESIS óptimo puede ser encontrado en una planta que, dentro de su ecosistema, utiliza de manera cien por cien eficiente los nutrientes que absorbe.
Para ese estado contribuye la disponibilidad (en cantidad y diversidad) de oligoelementos y complejos orgánicos que permiten una optimización de la actividad enzimática y, por tanto, de la síntesis proteica y del crecimiento.
Una planta que se desarrolla en esas condiciones tiene una tasa de asimilación óptima de carbono, o sea que todo el carbono que absorbe es asimilado e integrado al sistema vivo de la planta.
El estado de LISIS es aquel donde las moléculas complejas, como las proteínas, son quebradas, o sea, desmontadas en sus componentes fundamentales denominados aminoácidos.
El estado de LISIS PROTEICA o PROTEÓLISIS, es característico de la senescencia. Los tejidos se degeneran y esto, fisiológicamente, significa que azúcares simples, nitrógeno libre y aminoácidos, se acumulan en la savia.
Es la señal para los descomponedores oportunistas, así como para toda la micro y meso fauna y flora, que promueven él reciclaje en la naturaleza. Sin embargo, SÍNTESIS y LISIS no son estados incontrolables, de manera lineal, en la planta.
Perturbaciones ambientales, intervenciones humanas, ciclos como la floración, cosecha de frutos, germinación, etc., son períodos de sensibilización donde SINTESIS y LISIS están en una correlación muy estrecha.
La falta de nutrientes no sólo puede provocar la movilización de esos mismos nutrientes y una parte de la planta (por ejemplo, hojas más viejas), para puntos de crecimiento. Así, tenemos SÍNTESIS en una misma planta.
La diferencia entre el desarrollo y la senescencia va a depender de qué estado está predominando. Varias intervenciones humanas pueden alterar ese equilibrio, haciendo oscilar la balanza para un lado o para el otro, desde la germinación hasta la muerte de las plantas.
Entre estas se encuentran:
- En la germinación: exceso de salinidad, nitrógeno soluble, falta de microelementos o compuestos húmicos, fitohormonas.
- En el desarrollo inicial: exceso de nitrógeno o cualquier otro elemento soluble en suelos con bajo poder de equilibrio. Exposición a factores ambientales desfavorables que actúen sobre la fotosíntesis. Uso de herbicidas cuyos metabolitos tengan acción sobre la fotosíntesis.
- La floración: factores ambientales estresantes que actúan sobre la fotosíntesis y la capacidad de asimilación, tales como vientos fuertes, lluvias pesadas, frío o calor excesivo, etc. aplicación de nitrógeno soluble y deficiencias agudas en macros y micro elementos
- El desarrollo de frutos: fuera de los problemas ambientales, deficiencias nutricionales de elementos ligados a esa fase de la planta, como potasio, calcio, magnesio, boro, etc.
- En el período de durmancia: podas mal ejecutadas que desequilibran la relación carbono/nitrógeno, la insolación o la capacidad de producción de hojas y, consecuentemente, la capacidad fotosintética
- Irrigación excesiva o insuficiente: pulgones y ácaros son indicadores bastante visibles del desequilibrio nutricional en estas condiciones.
- Pulverizaciones con agrotóxicos: Muchos principios activos afectan la tasa de asimilación de carbono, induciendo a estados de PROTEÓLISIS y sensibilizando la planta al ataque de oportunistas.
Los ditiocarbamatos y los carbamatos son bastante conocidos por este tipo de efecto. Los hongos que producen pudriciones y ácaros, son los indicadores biológicos que luego surgen en esas situaciones.
- Deshierbes mal ejecutados, cortando raíces finas, que aceleran la respiración, lo cual es un reflejo en la pérdida de la capacidad de asimilación de la planta. Esta queda sensibilizada y los ataques de hongos e insectos son bastante comunes en esos casos, generalmente enmascarados por pulverizaciones masivas de insecticidas.
- Cosecha y mal almacenamiento: después de la cosecha, todo vegetal entra automáticamente en degeneración. Sin embargo, el estado general de los tejidos, su constitución y capacidad de agua, AMINOÁCIDOS Y AZÚCARES y NITRÓGENO libres, almacenados en ocasión de la cosecha, condicionan la flora fungosa que traen consigo y su expectativa de conservación. Si tenemos en cuenta esos factores, el uso totalmente sin criterio que se hace del nitrógeno soluble, conlleva a pérdidas mucho más significativas que las «atribuidas» a las plagas y enfermedades, tal y como comúnmente alardean los materiales de propaganda de las empresas del ramo agroquímico y sus representantes en la sociedad civil.
Metabolismo general de aminoácidos.
Los aminoácidos son precursores de síntesis de proteínas. Sin embargo, el grupo de Steward, en los EU, trabajando con células de zanahoria cultivadas in vitro, y valiéndose de radioisótopos, demostró que los carbohidratos eran más eficaces como precursores en la biosíntesis de proteína, que los aminoácidos suministrados exógenamente.
Esa observación indica que los aminoácidos sintetizados a partir de los carbohidratos recién adicionados en el medio, alcanzan más rápidamente los lugares de síntesis de proteína que los aminoácidos suministrados exógenamente.
Existen, entonces, dos reservorios de aminoácidos: uno de ellos funciona como precursor de moléculas proteicas y otro que contiene aminoácidos que provienen de la degradación de proteínas. La unión entre estos dos reservorios se hace principalmente a través de alanina (Bidwell et al. 1964).
Fuera de la función de precursores de las proteínas, los aminoácidos son también intermediarios en la síntesis de otros constituyentes celulares y sufren intensa interconversión.
Esta se observa principalmente durante la germinación de semillas, cuando las proteínas de reserva proporcionan el carbono y el nitrógeno para la síntesis de aminoácidos y proteína celular necesarios para la plántula en desarrollo.
Estas nuevas proteínas poseen una composición en aminoácidos diferente de las proteínas a partir de las cuales se originaron, indicando que hubo una intensa interconversión de los aminoácidos.
Del mismo modo, durante la maduración de las plantas, cuando las semillas se están formando, las proteínas de reserva que son sintetizadas, presentan una composición en aminoácidos diferente de las proteínas celulares o de los aminoácidos libres, que se encuentran en el xilema y que llegan a los lugares de síntesis de aquellas proteínas.
Muchas son las formas de desequilibrar una planta: A través de fertilizantes y venenos agrícolas.
Fertilizantes.
En lo relacionado con los fertilizantes solubles: los análisis del suelo sólo toman en cuenta NPKCa y algunos micronutrientes. La teoría de la trofobiosis no respeta estos análisis, pues quienes los recomiendan no tienen claro que la proteosíntesis necesita de los nutrientes en perfecta sintonía para sus diferentes etapas de desarrollo y no del análisis sumario del NPK + micronutrientes.
Por ejemplo, en una carretera de una única vía y sin la posibilidad de rebasar, se representa el NPKCa – nitrógeno, fósforo potasio, calcio – por carritos. La velocidad de primer carro colocado sobre la carretera determinará la velocidad de los demás.
Así estando el nitrógeno insoluble, representado por un Toyota, de nada servirá al potasio ser un Porsche 917 o un Fórmula 1, porque siempre el Toyota estará ubicado al frente. ¿Cómo los agrónomos no consiguen ver esto?
La «ciencia agronómica» y lo profesores de las universidades colombianas hoy están más preocupados con el paradigma de encontrar respuestas para los EFECTOS sin importarles las CAUSAS o la génesis de éstas.
La trofobiosis está comprobada detalladamente, con mucha bibliografía idónea que, fuera de los fertilizantes solubles, y más allá de estos, especialmente los agrotóxicos, está demostrado que provocan desequilibrios en las plantas, en la proteosíntesis, predisponiéndolas al ataque de enfermedades, «plagas» y virosis.
Liebig, había previsto y descrito esto, sin embargo, esta parte de su trabajo nunca le interesó a la industria ni a la sociedad industrial.
Venenos.
Está científicamente comprobado y sabido que los ditiocarbamatos, como el manzate, antracol, maneb, zineb, tiram, T.M.T.D. provocan ejércitos de ácaros, oidium y botritys en cereales, hortalizas, frutales. etc.
Los herbicidas son productos que posibilitan acumulación de compuestos proteolíticos en la savia de los vegetales autotróficos, provocando el ataque de nematodos, insectos, virus, hongos.
Ciertos productos, registrados como fungicidas, en verdad, no lo son. Estudios científicos han comprobado y muestran que ciertos fungicidas que «controlan enfermedades» funcionan más como micronutrientes que como fungicidas.
Este es el caso del azufre y el cobre (Quien trabaja con fruticultura, especialmente con uva y fresa sabe bien de esta situación).
- Los agrotóxicos confieren modificaciones en el metabolismo de las plantas conduciendo a un enriquecimiento de los líquidos celulares o circulantes, en azúcares solubles y en aminoácidos libres que estimulan la trofobiosis.
- Así: los ácaros fitófagos, picadores y chupadores de los tejidos vegetales se encuentran favorecidos en su alimentación. Esto se traduce, conforme la especie, en un aumento de fecundidad, fertilidad, velocidad de desarrollo, número de generaciones y también de longevidad.
Un ejemplo: origen de los acaricidas.
. «Hasta 1945 los ácaros fitófagos eran considerados enemigos menores de la agricultura. Por otro lado, desde hace 15 años el desarrollo de estas especies nocivas ha alcanzado una alta significación económica, al mismo tiempo que su lista no para de aumentar» (Athias Henriot, 1959).
Algodón, uva y fruticultura de forma general.
. Las primeras multiplicaciones de ácaros que, impropiamente se les llamó «arañas rojas» aparecieron y fueron reportadas en el cultivo de la manzana, después de que éstas fueron tratadas con DDT para el control del gusano Carpocapsa sp. el paratión y carbamatos como el carbaril.
Es así como el empleo de numerosos insecticidas sintéticos destrona a los productos minerales, para asistir al nacimiento de una nueva industria de venenos, la de los acaricidas, lo cual significó imponer a los agricultores «nuevas tecnologías de control».
Paradójicamente, numerosos acaricidas que tenían el principio de exterminar los ácaros, más tarde se convinieron en estimuladores de su proliferación.
Últimamente, las empresas de agrotóxicos han comenzado a comprar las empresas productoras de semillas, con la finalidad de intervenir en la programación de las defensas y carencias de ellas, creando un nuevo tipo de dependencia programada. Esto es, ante todo, la simple comprobación del fracaso de la industria de los agrotóxicos.
Por ejemplo, la Cyanamid invirtió diez millones de dólares en la obtención de un gen resistente a un herbicida producido por ella y dio gratuitamente este gen a la industria Pioneer–HYBRID para incorporarlo a sus variedades de maíz. ¿Por qué?
Fuentes: Jairo Restrepo Rivera and Francis Chaboussou.
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