Técnicas de cultivo del tomate Cherry

El tomate cherry es una variedad de tomate pequeño, dulce y muy apreciado por su sabor y su uso en ensaladas, aperitivos y guarniciones. Su cultivo requiere de condiciones climáticas y de suelo adecuadas, y de cuidados específicos en las diferentes etapas de su desarrollo. A continuación, vamos a describir las principales técnicas de cultivo del tomate cherry, desde la preparación del suelo hasta la cosecha, así como los errores más comunes que se pueden cometer y cómo evitarlos. 

Cómo preparar el suelo

Tomate cherry a lápiz

El tomate cherry es una planta que necesita un suelo rico en materia orgánica, bien drenado y con un pH entre 6 y 7. Para preparar el suelo, se recomienda realizar las siguientes acciones: 

  • Labrar el suelo a una profundidad de unos 30 cm para airearlo y eliminar las malas hierbas. 
  • Añadir compost o estiércol bien descompuesto para aportar nutrientes y mejorar la estructura del suelo. 
  • Incorporar cal o ceniza para corregir la acidez del suelo si es necesario. 
  • Nivelar el terreno y formar caballones o surcos donde se plantarán los tomates. 

Errores comunes y cómo evitarlos 

  • No labrar el suelo lo suficiente o hacerlo cuando está muy húmedo, lo que puede provocar una compactación del suelo y dificultar el desarrollo de las raíces. 
  • No añadir materia orgánica o hacerlo en exceso, lo que puede causar una deficiencia o un exceso de nutrientes y afectar al crecimiento y la producción de los tomates. 
  • No corregir el pH del suelo o hacerlo de forma incorrecta, lo que puede alterar la disponibilidad de nutrientes y favorecer el desarrollo de enfermedades. 

Cómo realizar la siembra o el trasplante del cherry

El tomate cherry se puede sembrar directamente en el suelo o en semilleros para luego trasplantar las plántulas al terreno definitivo. La siembra directa se realiza cuando las condiciones climáticas son favorables, es decir, cuando no hay riesgo de heladas y la temperatura del suelo es superior a 15°C. La siembra en semilleros se realiza unas 6 semanas antes de la fecha prevista para el trasplante, que suele ser a finales de invierno o principios de primavera. Para sembrar o trasplantar el tomate cherry, se recomienda seguir estos pasos: 

  • Elegir semillas o plántulas de buena calidad, preferiblemente de variedades resistentes a enfermedades y adaptadas al clima local. 
  • Sembrar las semillas a una profundidad de 0,5 cm y a una distancia de 10 cm entre ellas, en semilleros con un sustrato ligero y húmedo. Mantener los semilleros en un lugar cálido y luminoso, regando con frecuencia pero sin encharcar. 
  • Trasplantar las plántulas cuando tengan unas 4 hojas verdaderas, a una distancia de 40 cm entre plantas y 80 cm entre filas. Hacer un hoyo en el caballón o surco, colocar la plántula con cuidado y rellenar con tierra. Presionar ligeramente alrededor del tallo y regar abundantemente. 

Errores comunes y cómo evitarlos 

  • Sembrar o trasplantar el tomate cherry cuando las condiciones climáticas no son adecuadas, lo que puede provocar un retraso en la germinación, un debilitamiento de las plántulas o una pérdida por heladas. 
  • Sembrar las semillas demasiado profundas o demasiado juntas, lo que puede dificultar la germinación o provocar una competencia entre las plántulas. 
  • Trasplantar las plántulas demasiado tarde o demasiado pronto, lo que puede afectar al desarrollo radicular o al aclimatación al terreno. 
  • Dañar las raíces o el tallo al trasplantar las plántulas, lo que puede causar un estrés hídrico o una infección por hongos. 

Cómo realizar el riego y fertilización

tomate cherry a lápiz en el huerto orgánico.

El tomate cherry es una planta que necesita un riego frecuente y uniforme, pero sin encharcar el suelo. El riego se debe ajustar según la etapa de desarrollo de la planta, la temperatura y la humedad ambiental, y el tipo de suelo. Como orientación, se puede seguir esta tabla: 

Etapa de desarrollo Frecuencia de riego Cantidad de agua 
Trasplante Diario 5-10 L/m² 
Crecimiento vegetativo 2-3 veces por semana 10-15 L/m² 
Floración y cuajado 3-4 veces por semana 15-20 L/m² 
Maduración de frutos 4-5 veces por semana 20-25 L/m² 
Tabla de riego

El método de riego más recomendable es el riego por goteo, que permite aplicar el agua directamente a la zona radicular, evitando el desperdicio y las enfermedades foliares. Además, el riego por goteo permite la fertirrigación, que consiste en aplicar los fertilizantes junto con el agua de riego. El tomate cherry necesita una fertilización equilibrada, que aporte los nutrientes necesarios para su crecimiento y producción. Los principales nutrientes que requiere el tomate cherry son el nitrógeno, el fósforo y el potasio, que se pueden aplicar en forma de abonos orgánicos o químicos. La dosis y el momento de aplicación dependen del tipo de suelo, del estado de la planta y del análisis foliar. Como orientación, se puede seguir esta tabla: 

Etapa de desarrollo Dosis de N-P-K (kg/ha) 
Trasplante 30-60-30 
Crecimiento vegetativo 60-30-60 
Floración y cuajado 30-60-90 
Maduración de frutos 30-30-120 
Tabla de fertilización

Errores comunes y cómo evitarlos 

  • Regar el tomate cherry de forma irregular o excesiva, lo que puede provocar un estrés hídrico, una asfixia radicular, una pudrición de frutos o una aparición de grietas. 
  • No regar el tomate cherry lo suficiente o con una baja presión, lo que puede causar un marchitamiento, una caída de flores o frutos o una disminución del tamaño y la calidad de los tomates. 
  • No fertilizar el tomate cherry o hacerlo de forma desequilibrada, lo que puede provocar una deficiencia o un exceso de nutrientes y afectar al crecimiento y la producción de los tomates. 

Tutorado y poda 

Dibujo a lápiz de color tomate cherry

El tomate cherry es una planta indeterminada, es decir, que crece indefinidamente hasta que las condiciones climáticas lo impiden. Por ello, necesita un tutorado y una poda para mantener una estructura adecuada y facilitar el manejo del cultivo. El tutorado consiste en colocar unas varas o alambres que sostengan las plantas y evitar que se tumben o se enreden. El tutorado se debe realizar cuando las plantas alcanzan unos 40 cm de altura, atando el tallo principal a la vara o al alambre con un material suave y resistente. El tutorado permite una mejor aireación e iluminación de las plantas, así como una mayor facilidad para realizar las labores culturales. 

La poda consiste en eliminar las partes no deseadas de la planta, como los brotes laterales o chupones, las hojas inferiores o enfermas, o los frutos defectuosos. La poda se debe realizar con unas tijeras o unas pinzas limpias y desinfectadas, realizando cortes limpios y sin dejar heridas abiertas. La poda permite controlar el vigor de la planta, mejorar la calidad y el tamaño de los frutos, y prevenir enfermedades. 

Errores comunes y cómo evitarlos 

  • No tutorear o podar el tomate cherry, lo que puede provocar un crecimiento desordenado, una menor producción, una mayor incidencia de plagas y enfermedades, o una dificultad para cosechar los tomates. 
  • Tutorear o podar el tomate cherry de forma incorrecta, lo que puede causar daños en el tallo 

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