Regar con agua de mar [Capas freáticas]

Es evidente que ni el régimen pluvial de este islote ni las supuestas e inexistentes corrientes subterráneas de agua dulce, son capaces de sostener una vegetación tan exuberante. Es evidente por tanto que todas estas plantas obtienen el agua que necesitan gracias a que están colocadas sobre la inagotable capa freática de agua de mar.

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Introducción

En Aqua Maris afrontamos el riego de las plantas de una forma totalmente distinta a la que está en uso desde hace miles de años. Pero antes de explicar cómo lo hacemos, es indispensable explicar por qué hemos elegido esta otra forma de regar.

Estamos acostumbrados a ver la lluvia como la forma más común de riego de la naturaleza. Pero a poco que nos fijemos, caeremos en la cuenta de que la naturaleza riega más por debajo que por arriba.

Capa Freática (que significa “capa acuática”)

No es únicamente el agua del cielo la que mantiene las plantas con vida, EL AGUA DE LA TIERRA (la que se almacena en el subsuelo) juega un papel aún más importante.

A este almacenamiento de agua lo llamamos CAPA FREÁTICA (que significa “capa acuática”).

Debemos empezar a admitir que la inmensa mayor parte de la vegetación se sostiene gracias a las capas freáticas y no a las lluvias.

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En esta imagen podemos observar que la humedad en la tierra puede ir tanto hacia abajo (lluvia) como hacia arriba (capilaridad y evaporación).

¿Podemos regar directamente por encima con agua de mar?

La respuesta común es NO, pero hay unas pocas especies (halófitas o halófilas) que soportan perfectamente el ser regadas con agua de mar o aguas salobres.

En cambio SÍ podemos decir que todas las plantas pueden sobrevivir si obtienen la humedad necesaria de la capa freática: aunque ésta sea de agua de mar. La capacidad de desarrollo dependerá de otros factores como el clima, tipo de terreno, distancia hasta la capa freática, etc.

El agua de mar mata las plantas si se emplea para regarlas (de arriba, abajo); pero les da vida si se emplea como capa freática (de abajo, arriba). Share on X

Waru waru

En las pampas que rodean el enorme lago Titicaca, de agua dulce, el mayor problema es la subida estacional del nivel del lago y por consiguiente de la capa freática de las tierras circundantes.

Es la inundación periódica de estas tierras lo que las hace ineptas para el cultivo. Desde hace más de 1.000 años, los aborígenes de la pampa dieron con la manera de dominar la capa freática, que a lo largo del año sufre oscilaciones de hasta 60 cm. Si el régimen de lluvias no experimenta cambios excepcionales.

Es que tan dramático es que la capa freática esté tan baja que no alcance a las raíces, como que esté tan alta que las anegue y las pudra.

La solución a este problema fueron los WARU WARU: excavaron en esas tierras anchos canales cuya profundidad alcanzaba exactamente el nivel freático en su estación más baja.

Con la tierra extraída formaron amplias áreas de cultivo llamadas “camellones”

Gracias a estas planicies más elevadas (entre 120 y 150 centímetros), cuya parte inferior, variable según las estaciones, estaba hundida en el agua freática, los canales servían de drenaje: de este modo el agua nunca llegaba a anegar los camellones.

Esto obligaba a regar las plantas mientras eran pequeñas, hasta que sus raíces fueran capaces de descender hasta la capa freática para proveerse por sí mismas.

Estas construcciones responden a las típicas de las tierras que se riegan por inundación (imitado con el riego a manta). La obra que se realiza en ellas no tiene que ver con el riego, que lo provee el río con sus inundaciones estacionales, sino con la evacuación de las aguas sobrantes.

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Un ejemplo real de riego con agua de mar

La historia empieza en Sestao, en 1719 y termina en 1834 (115 años) hace casi 3 siglos. Una comunidad de frailes carmelitas decidió poner en cultivo 30 hectáreas de arenal alto (a unos 3-4 metros sobre el nivel del mar). Pero eso no fue llegar y plantar.

Hubo que construir kilómetro y medio de dique de contención del mar: una obra de piedra y mortero, de 3 metros de espesor y 3-4 de altura, para evitar que cuando crecía el mar fuese desmoronando y comiéndose el arenal.

Encima de ese muro y en toda su longitud, un talud de otros tres metros de ancho (no indica la altura) para evitar que se metiese el agua en las tierras de cultivo cuando crecía muy alta la marea o las tormentas se estrellaban contra el dique y levantaban el agua hacia la planicie.

En la parte contraria, al pie del monte y en toda la longitud del arenal convertido en huerta, una balsa cuyo fondo quedaba al nivel del mar, conectada con éste por un canal. Al crecer la marea, subía el agua por el canal y se llenaba la balsa. Un sistema de compuertas servía para retener el agua y administrar luego a conveniencia.

Toda la huerta estaba estructurada en “tablares” flanqueados por canales por los que circulaba el agua de mar que bajaba del embalse. Esta agua humedece la arena del tablar, pero nunca hasta arriba, para evitar que la sal quemase las raíces. Era una forma de control de la humedad del suelo: humedad de la que se nutrían las plantas.

125 años más tarde, en 1959, D. Isidro Esteban Gómez repite el experimento en Oriñón (Cantabria). Lo denomina “Riego hidropónico mixto”. Intenta interesar en él a una decena de gobiernos y a la UNESCO.

A petición del gobierno español visitó la entonces aún provincia del Sáhara por ver si podrían aplicarse allí estas técnicas de riego. Dedicó 3 años a confeccionar un PLAN DE FERTILIZACIÓN DEL SÁHARA. ¡¡Ni caso!!

Mediante análisis y experimentación, D. Isidro Esteban comprobó en su Estación Experimental de Oriñón que las características físico-químicas de la arena determinan el éxito o el fracaso del experimento.

De ahí dedujo que si los monjes de Sestao hubieran elegido otras parcelas cercanas al convento de iguales características aparentes, el éxito
hubiese sido muy limitado.

Probablemente fue la vegetación autóctona que vieron en cada una de las parcelas, lo que les hizo decantarse por la que resultó ser la de mejores características edafológicas. Recordemos que en todos los casos hablamos de arenales, estériles de por sí (por eso D. Isidro Esteban habla de cultivo “hidropónico” mixto).

En las técnicas de agricultura natural, muchos campesinos/as riegan con agua de mar fermentada. Si quieres saber como lo hacen visita este artículos.

Ejemplo en video del riego con agua de mar

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Fuentes:

  • Fundación GIOR – Una fundación Holística.
  • Aquamaris fundación.

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