Las actinorrizas arbóreas son un regalo de la naturaleza. Están disponibles infinidad de especies que ayudan a mejorar la estructuración del suelo y regenerar el ecosistema microbiano en un tiempo bastante aceptable.
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Vamos hablar de las Actinorrizas arbóreas para la recuperación de suelos degradados y como poder reproducirlas para uso en agricultura, huertos, huertos urbanos y pequeñas fincas orgánicas.
¿Qué son las Actinorrizas arbóreas?
Principalmente son bacterias filamentosas (actinomicetes) del género Frankia. Estas van ayudar a fijar biológicamente nitrógeno al suelo. Esto ocurre en nódulos radiculares de algunos géneros de plantas angiosperma que establecen simbiosis con ciertos microorganismos del suelo.
Las actinorrizas incluyen más de doscientas especies pertenecientes a ocho familias y veinticinco géneros. Siendo todos árboles o arbustos a excepción del género Datisca. ₍₁₎
¿Qué especies arbóreas son ricas en actinorrizas?
Se ha confirmado la nodulación radicular en 648 especies de árboles y arbustos, los cuales se supone que fijan nitrógeno. ₍₂₎
Las actinorrizas las encontramos en veinte tres géneros que os detallamos a continuación.
23 géneros de actinorrizas arbóreas ₍₃₎ | |
---|---|
Familia | Géneros |
Betulaceae | Alnus |
Casuarinaceae | Allocasuarina,Casuarina, Ceuthostoma, Gymnostoma |
Coriariaceae | Coriaria |
Elaeagnaceae | Elaeagnus, Hippophae, Shepherdia |
Myricaceae | Comptonia, Myrica |
Rhamnaceae | Ceanothus, Colletia, Discaria, Kentrothamnus, Retanilla, Talguenea, Trevoa |
Rosaceae | Cercocarpus, Charmaebatia, Cowania, Dryas, Purshia |
¿Qué nos aportan las actinorrizas a nuestro suelo?
Las actinorrizas al formar parte del suelo agrícola, forma asociaciones con ciertos hongos del suelo formando endo- y ecto-micorrizas.
De las muchas mejoras que van a ofrecer al suelo destacamos:
- Mejora la absorción de agua.
- Ayuda a los plantas en la asimilación de fósforo y de otros nutrientes.
- Crecimiento rápido de árboles y arbustos en suelo degradado.
Cómo reproducir actinorrizas de forma casera.
Para poder disponer siempre de estas bacterias, EEA recomienda plantar directamente las especies descritas en nuestros propios terrenos.
Si por el contrario no se dispone de este espacio, podemos reproducirlas de forma casera de la siguiente forma:
- Buscar las especies mencionadas en este artículo en cercanías o con alguna aplicación móvil. Hay bastantes desarrolladas para muchos países.
- Una vez localizada la especie, rebuscamos en su base sus raíces. Apartamos hojarascas y descubrimos las raíces con cuidado de no romperlas. Necesitaremos entre 200 o 300 gramos de raíces.
- Limpiar las raíces de tierra y cortar en trozos pequeños.
- Macerar las raíces en agua sin cloro o agua hervida. Este líquido resultante es el inoculante.
- Mezclar el inoculante en cien litros de agua sin cloro.
- Agregar 2 litros de melaza (caña de azúcar)
- Agregar 4 litros de suero de leche o dos litros de leche (si es pura mejor).
- Airear la solución entre doce y dieciséis horas. (Nos ayudamos de una bomba de acuario)
Dosis y aplicación de actinorrizas a terrenos de cultivo.
Aplicación en cultivos.
Realizarla inoculando de la siguiente manera:
- Mediante difusión en el pie de las plantas, estas empiezan a colonizar las raíces en los cultivos.
- Realizar en el momento de la plantación. Introduciendo el inoculo en la raíz del árbol.
Aplicación de actinorrizas en árboles ya existentes.
Seguir los siguientes pasos:
- Descubrir cuatro o cinco puntos alrededor del árbol, sin salirse de la copa del árbol.
- Con un rastrillo retirar el mantillo, hasta descubrir las raíces absorbentes, suelen ser las raíces más finas.
- Impregnamos las raíces absorbentes con el inoculo casero.
- Tapar los puntos de inoculación con sustrato limpio, de modo que no queden bolsas de aire con las raíces.
Nota: Para una buena aplicación de actinorrizas en campo o monte se recomienda árboles entre 5-20 años de edad.
En cuanto a la dosis, intentar que el terreno quede bien empapado del inoculo, con ayuda de un difusor. Preferentemente hacer el tratamiento en épocas húmedas, otoño y primavera.
Conclusión.
Las especies capaces de fijar biológicamente nitrógeno en el suelo, han demostrado ser de gran fiabilidad para la regeneración de suelos degradados.
Son capaces de establecerse y crecer sobre sustratos de muy mala actitud, tolerando desde una extrema aridez hasta inundaciones persistentes, desde suelos ácidos a alcalinos, desde suelos orgánicos a minerales, así como arenas del desierto, suelos decapitados, suelos superficiales y suelos compactados; siendo también capaces de resistir incendios, tempestades tropicales, derrumbes y malezas agresivas.
Fuentes bibliográficas.
[1] (Baker & Schwintzer, 1990; Huss-Danell, 1997; Wall, 2000; Werner, 1992)[2] (Brewbaker et al., 1990)
Fuentes digitales.
WIKIPEDIA.org
Revista de la Facultad de Agronomía, La Plata.
Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales, UNLP, Argentina.