La lectura de macro y micronutrientes en la interpretación de los análisis de suelos es muy compleja, pese a la gran sencillez de su principio básico, que es la correlación entre los resultados analíticos que acabamos de evaluar y las necesidades de los cultivos. La principal complicación nace de que el contenido en nutrientes de los suelos no es el único factor del que depende el rendimiento y la calidad del producto final.
En consecuencia, no resultan tan claras y significativas como sería de desear las correlaciones entre las respuestas del cultivo y las dosis fertilizantes calculadas en función de los datos resultantes de los análisis de suelos. Esto exige la necesidad, como ya apuntábamos al principio, de una repetición de los análisis en el tiempo, observando, paralelamente, el comportamiento del cultivo. Se trata en definitiva de que la fertilización futura hay que optimizarla en base a controles de la fertilización anterior.
Sin embargo, como punto de partida es necesario conocer, aunque sea de forma aproximada, las necesidades de las plantas y los niveles de elementos nutritivos en el suelo, teniendo en cuenta que habrá que proceder a una calibración posterior, fruto de la correspondencia entre el resultado analítico y la respuesta del cultivo a los aportes fertilizantes.
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¿Qué Cantidad de Macro y Micronutrientes Necesitan los Cultivos?
Las necesidades dependen del propio cultivo y del rendimiento que se espera obtener de él. En el cuadro 3 se recogen las necesidades medias, determinadas en condiciones de laboratorio, para algunos cultivos importantes. Las cantidades necesarias de elementos nutritivos están referidas a la unidad de producción. Para el cálculo de las necesidades totales bastaría con multiplicar las necesidades consignadas en el cuadro por las toneladas que se pretenden obtener del cultivo en cuestión.
Calculo del Nitrógeno total necesario para la obtención de una cosecha de 4 toneladas
28 x 4 – 1 12 kg/ha
30 x 120 kg/ha
Cuadro 3. Extracciones medidas de elementos (N, P, K) por diferentes cultivos.
Cereales
Cultivos | Unidad de producción | Nitrogeno (N) | Fósforo (P2O5) | Potasio K2O |
---|---|---|---|---|
Trigo | Tm | 28 – 30 | 12 – 15 | 20 – 35 |
Cebada | Tm | 24 – 28 | 10 – 12 | 20 – 35 |
Avena | Tm | 28 – 30 | 10 – 14 | 23 – 35 |
Maíz | Tm | 26 – 32 | 10 – 13 | 22 – 30 |
Sorgo | Tm | 28 – 34 | 10 – 14 | 22 – 32 |
Arroz | Tm | 14 – 22 | 6 – 10 | 14 – 23 |
Leguminosas
Habas | Tm | 52 – 60* | 16 – 18 | 32 – 45 |
Judías | Tm | 50 – 60* | 13 – 15 | 32 – 40 |
Guisantes | Tm | 50 – 60* | 13 – 15 | 32 – 40 |
Raíces y tubérculos.
Patatas | 10 Tm | 35 – 45 | 16 – 20 | 60 – 80 |
Remolacha | 10 Tm | 40 – 45 | 13 – 18 | 55 – 65 |
Batata | 10 Tm | 40 – 45 | 15 -18 | 70 – 80 |
Industriales.
Algodón | Tm | 160 – 190 | 70 – 80 | 140 – 160 |
Tabaco | Tm | 40 – 70 | 6 – 12 | 60 – 100 |
Soja | Tm | 75 – 85* | 15 – 17 | 40 – 50 |
Girasol | Tm | 40 – 50 | 18 – 20 | 90 – 100 |
Caña de azúcar | 10 Tm | 15 – 17 | 6 – 8 | 27 – 30 |
Forrajeros
Alfalfa (heno) | Tm | 25 – 30* | 5 – 9 | 20 – 26 |
Trébol (heno) | Tm | 30 – 40* | 6 – 9 | 20 – 25 |
Remolacha | 10 Tm | 36 – 43 | 9 – 12 | 50 – 80 |
Maíz | 10 Tm | 25 – 35 | 10 – 14 | 25 – 40 |
Hortícolas
Tomate | 10 Tm | 30 – 40 | 8 – 12 | 40 – 65 |
Espinaca | 10 Tm | 50 – 60 | 14- 16 | 50 – 100 |
Zanahoria | 10 Tm | 30 – 50 | 10 – 12 | 55 – 65 |
Lechuga | 10 Tm | 30 – 40 | 10 – 20 | 60 – 80 |
Cebolla | 10 Tm | 25 – 40 | 10 – 15 | 30 – 35 |
Coliflor | 10 Tm | 40 – 45 | 14 – 16 | 60 – 65 |
¿Cómo Leer o Analizar Los Niveles De Fertilidad Del Suelo?
Los distintos niveles de fertilidad del suelo (pobre, medio, rico, etc…) se obtienen experimentalmente evaluando si los cultivos responden o no a los aportes de distintas dosis fertilizantes calculadas para diferentes riquezas de nutrientes en el suelo (Esquema 11).
Según la figura, los contenidos del suelo inferiores al valor (X) se clasifican como muy bajos. Para estos contenidos cualquier aporte de nutrientes tiene respuesta positiva sobre el cultivo.
Por encima del valor (Y) no hay respuesta del cultivo a los aportes de abono; en este caso el contenido es alto (cuando se trata del nitrógeno, un contenido alto es incluso perjudicial para los cultivos y especialmente para su calidad). En los niveles comprendidos entre (X) e (Y) se presentan respuestas variables de los cultivos a los aportes de nutrientes; este intervalo se subdivide en varias clases de interpretación.
Clases de interpretación.
- Bajo o pobre.
- Ligeramente bajo.
- Contenido medio o satisfecho.
- Bien provisto o ligeramente alto.
Los límites entre estas distintas clases van a depender, desde un punto de vista de su interpretación, de características físicas, como el pH, el contenido en arcilla, el contenido en materia orgánica y el de carbonatos libres (Foto 11).
El elemento que, quizá, se ve más afectado por la dependencia con esos parámetros físicos es el potasio. Para definir el nivel de potasio cambiable hay que tener en cuenta que cuanto mayor es el contenido en arcilla menor es la cantidad de potasio disponible para una misma cantidad inicial de potasio en el suelo. Con el fósforo sucede una cosa parecida, aunque no tan acusada (Esquema 13 y 14).
Teoría Práctica Sobre Las Principales Determinaciones Del Análisis De Suelo.
En lo que respecta a la granulometría, los suelos se pueden clasificar, a groso modo, en tres grupos importantes, atendiendo a su contenido en arcilla y a la capacidad de intercambio catiónico (cuadro 4).
Cuadro 4. Capacidad de intercambio catiónico ( miliequivalentes por 100 gr de tierra) para los suelos según su contenido en arcilla.
Tipo de suelo | ( % ) | Capacidad de intercambio catiónico |
---|---|---|
Arenoso | 5 – 15 | > 12 |
Franco | 15 – 25 | 12 – 20 |
Arcilloso | 25 | < 20 |
El contenido en materia orgánica es apreciado según cinco clases (Foto 2 y cuadro 5). La acidez o alcalinidad de los suelos está caracterizada por el pH (cuadro 6). El conocimiento del pH es muy útil para elegir el tipo de abono más adecuado (en especial para los fosfatados; cuanto más alcalino sea el suelo, más soluble deberá ser el abono).
Cuadro 5. Percepción del nivel de materia orgánica según el tipo de suelo.
Arenoso | Franco | Arcilloso | Apreciación |
---|---|---|---|
< 0,7 | < 1 | < 1,2 | Pobre |
0,7 – 1,5 | 1,0 – 1,8 | 1,2 – 2,0 | Satisfactorio |
1,5 – 2,5 | 1,8 – 3,0 | 2,0 – 3,5 | Rico |
2,5 – 5,0 | 3,0 – 5,5 | 3,5 – 6,0 | Muy rico |
Cuadro 6. Apreciación del nivel del pH del suelo.
pH | Apreciación |
---|---|
< 5,3 | Muy activo |
5,3 – 5,8 | Ácido |
5,9 – 6,7 | Ligeramente ácido |
6,8 – 7,2 | Neutro |
7,3 – 7,6 | Ligeramente alcalino |
> 7,6 | Alcalino |
En algunas zonas, puede ser muy interesante completar esta última determinación con la tasa de saturación de bases (cuadro 7); este valor, junto con el del pH, define el estado cálcico del suelo y apuntan sobre la necesidad o no de una enmienda caliza.
Los resultados del análisis de nitrógeno mineral, fósforo, potasio y magnesio, se expresan en miligramos por litro (los métodos rápidos trabajan con unidades de volumen y no de peso, que es más cómodo; introducen menos errores y se puede prescindir del factor densidad del suelo a la hora de transformar las cantidades a kg/ha). Se establecen seis clases de fertilidad, de muy pobre a muy elevada; la clase de fertilidad óptima seria la comprendida en el nivel intermedio, calificado como satisfactorio o medio (cuadros 8, 9 y 10).
Cuadro 7. Apreciación del porcentaje de saturación de bases en el complejo de intercambio catiónico y el estado cálcico correspondiente para los supuestos de un suelo sometido a laboreo y otro con pradera permante.
Suelo labrado | Pradera | Apreciación del estado cálcico |
---|---|---|
< 40 | < 30 | Muy pobre |
40 – 49 | 30 – 39 | Pobre |
50 – 59 | 40 – 49 | Medio |
60 – 80 | 50 – 80 | Satisfactorio |
> 80 | > 80 | Alto |
En algunas ocasiones podría ser interesante recurrir a los análisis de plantas durante el período vegetativo (los equipos portátiles también cubren esta gama de determinaciones), con el objeto de conocer si el nivel de elementos nutritivos que la planta está acumulando es el adecuado o existe algún elemento en mayor o menor cantidad de la que debería tener (desproporcionado).
El análisis del material vegetal permite verificar los efectos causados por las correcciones de fertilización efectuadas según los datos de los análisis de suelos. Hay que tener en cuenta que los contenidos en elementos minerales del material vegetal están sujetos a importantes variaciones para unas mismas condiciones del abonado; por ello, los resultados de los análisis de plantas sólo se utilizan como apoyo y no para establecer un plan de fertilización.
Cuadro 8. Apreciación de los niveles de fertilidad para las dos formas del nitrógeno mineral, el nítrico y el amoniacal determinadas por los métodos rápidos de los laboratorios portatiles.
Apreciación | Nitratos (mg/l) Nitrógeno mineral | Amonio (mg/l) Nitrógeno mineral |
---|---|---|
Muy bajo | < 4,5 | < 4 |
Bajo | 4,5 – 8 | 4 – 8 |
Satisfactorio | 8 – 14 | 8 – 13 |
Rico | 14 – 20 | 13 – 19 |
Muy rico | > 20 | > 19 |
Cuadro 9. Niveles de fertilidad para el potasio, según el tipo de suelo que se analice ( contenido medio en arcilla), determinado por los métodos rápidos de análisis de suelo.
Apreciación | Suelos arenosos | Suelos francos | Suelos arcillosos |
---|---|---|---|
Muy bajo | 55 | 60 | 80 |
Bajo o pobre | 55 – 110 | 60 – 115 | 80 – 120 |
Ligeramente bajo | 110 – 235 | 115 – 235 | 120 – 245 |
Satisfactorio | 235 – 390 | 235 – 400 | 245 – 415 |
Ligeramente alto | 390 – 600 | 400 – 600 | 415 – 600 |
Muy alto | 600 | 600 | 600 |
Cuadro 10. Niveles de fertilidad para el fósforo y el magnesio determinados por los métodos rápidos de análisis utilizando laboratorios portátiles.
Apreciación | (mg/l) Fósforo | (mg/l) Magnesio |
---|---|---|
Muy bajo | 10 | 2,3 |
Bajo | 10 – 16 | 2,3 – 23 |
Satisfactorio | 16 – 25 | 23 – 50 |
Rico | 25 – 50 | 50 – 100 |
Muy rico | 50 | 100 |
Cómo Medir La Fertilización Fosfatada y Potásica.
En el caso de que el análisis de suelo refleje un contenido medio o satisfactorio en cuanto a su nivel de fertilidad en estos elementos, la norma de fertilización para P 205 y 20 (cuadro 3) se aplica sin corrección para los distintos cultivos, según el nivel de rendimiento esperado. En el caso de que esperamos una cosecha de patatas de 25.000 kg/ha, tendremos que aportar 40-50 kg/ha de P205 y 150-200 de K20.
Cuando los suelos sean pobres en uno o en varios elementos habrá que reforzar la norma de fertilización y disminuirla cuando sean ricos.
Procediendo de esta manera se va corrigiendo progresivamente el nivel de elementos del suelo. Así se incide simultáneamente sobre el suelo y la planta, consiguiendo dos objetivos: uno, inmediato, que es la producción del año, y otro a corto medio plazo, que es el enriquecimiento o el ajuste hacia un nivel óptimo de fertilidad (no es bueno tender hacia contenidos altos de elementos nutritivos en el suelo, ya que pueden bloquear a otros que se encuentran en menor cantidad y producir deficiencias de nutrición en las plantas).
El grado de corrección está recogido en el cuadro 11 . Para los suelos arenosos, con poca capacidad de cambio, se aplica una corrección menor que para los arcillosos.
En el ejemplo anterior de la patata, si el nivel de fósforo del suelo fuese ligeramente bajo y tuviese una textura franca, la cantidad de abono a añadir se obtendría multiplicando los 40-50 kg/ ha necesarios por 1,4; en este supuesto el resultado es 50-70 kg/ha de P 205.
Para evitar en algunos cultivos el consumo de lujo del potasio (remolacha, patata, vid, etc.), aconsejamos como norma orienta tiva no sobrepasar los 300 kg/ ha de K20; cuando las cantidades a aportar sean más elevadas, será necesario fraccionar los aportes.
Cuadro 11. Factores de corrección de las necesidades de cada planta (cuadro 1) en elementos fertilizantes, según el nivel de fertilidad y el tipo de suelo. Este cuadro es aplicable al fósforo, al potasio y al magnesio.
Apreciación de la fertilidad | Arenosos | franco | Arcilloso |
---|---|---|---|
Muy bajo | 1,6 | 1,8 | 2,0 |
Bajo | 1,3 | 1,4 | 1,5 |
Satisfactorio | 1,0 | 1,0 | 1,0 |
Rico | 0,7 | 0,6 | 0,5 |
Muy rico | 0,0 | 0,0 | 0,0 |
Cómo Medir La Fertilización Nitrogenada.
El nitrógeno (N) es un elemento muy móvil en el suelo, variando constantemente su cantidad; si además tenemos en cuenta que es el elemento que más influye proporcionalmente sobre el rendimiento de un cultivo y que un exceso del mismo puede causar perjuicios y descensos en la calidad, sacaremos la conclusión de que la determinación de la fertilización nitrogenada es la más complicada y a la que más hay que ajustarse.
Tradicionalmente el cálculo de la fertilización nitrogenada era el resultado de un balance establecido entre los aportes (N fijado por las leguminosas, N fijado por los microorganismos libres en el suelo, N mineralizado a partir de la materia orgánica del suelo, N cedido por algún aporte orgánico anterior, etc.) y las pérdidas (por lavado según la pluviometría del año y la textura del suelo, por desnitrificación microbiana, etc.). Todos estos valores están estimados de forma más o menos aproximada, con lo que la cuantificación final del nitrógeno también será relativamente aproximada.
Con la utilización de los equipos portátiles de análisis se puede saber en cualquier momento la cantidad de nitrógeno que hay en el suelo y en qué forma química se encuentra. El momento de hacer las determinaciones puede coincidir cuando las necesidades de nitrógeno sean elevadas, o inmediatamente antes de la cobertera acostumbrada. Como orientación para los momentos críticos ofrecemos el cuadro 12, en el que se dan recomendaciones en cuanto a fraccionamiento del abonado nitrogenado para algunos cultivos importantes, a fin de evitar al máximo las pérdidas por lavado.
Cuadro 12. Fraccionamiento del abonado nitrogenado en algunos cultivos importantes y épocas de aplicación más oportunas a fin de reducir al máximo las pérdidas por lavado.
Cereales de Otoño | . Primer aporte antes de la siembra. . Segundo aporte a la salida del invierno. . Tercer aporte (eventual) a la aparición de la última hoja. |
Cereales de primavera | . Primer aporte antes de la siembra o simultáneo. . Segundo aporte en el estado de dos hojas verdaderas. . Tercero (opcional) a la aparición de la última hoja. |
Patata | . Primer aporte en la siembra (aporte principal) . Segundo aporte (opcional) antes de la tuberización. |
Remolacha | . Primer aporte en la siembra (aporte principal) . Segundo aporte en el estado de cuatro hojas. |
El único inconveniente surge al establecer cual es la proporción adecuada entre la fracción nitrato (NOR¯) y la fracción amonio (NH4+). Depende del cultivo, existiendo un óptimo para cada uno y para cada una de las fases de su ciclo vegetativo. Este es un tema poco estudiado en los cultivos extensivos, por lo que aún no hay unas recomendaciones específicas.
Como orientación podemos decir que los microorganismos del suelo transforman el amonio en nitrato (nitrificación) siempre que las condiciones externas sean favorables (temperatura, humedad, etc…). Por lo tanto, al principio del cultivo la proporción deberá ser favorable al ion amonio, y a medida que avanza el cultivo ésta se desplazará hacia el nitrato. La aportación de formas amónicas al suelo se debe hacer para crear una reserva de nitrógeno en e] suelo a corto plazo (sementera) y las aportaciones de formas nítricas se hacen cuando se necesite nitrógeno de forma inmediata (cobertera).
Fuente original.
- Ministerio de agricultura pesca y alimentación. Métodos rápidos de análisis de suelos agrícolas.
- Por Enrique López Galán (I. A.) y Fernando Miñano Fernández (L. B.)
Lectura De Macro y Micro Nutrientes De Un Análisis De Suelo Pdf