Minerales y oligoelementos en agricultura [Producción orgánica]

Qué sería de la práctica agrícola si no conocemos las funciones principales de los minerales y oligoelementos en agricultura. En la siguiente tabla se presenta un listado de los elementos que los organismos mundiales competentes permiten utilizar de manera complementaria en la práctica de la producción orgánica.

El conocimiento de las funciones de los minerales y oligoelementos en la agricultura, es esencial para mantener un suelo sano y producir alimento de calidad. Share on X

Algunos Productos Recomendados

Minerales y oligoelementos en agricultura permitidos internacionalmente como complementos de fertilización orgánica

Para proveerElementos fertilizantes permitidos
NitrógenoRoca fosfórica, escorias básicas de deforestación (escorias Thomas y fosfatos Thomas).
PotasioSal potásica en bruto (ejemplos: kainita, silvinita): 10% K2O y 5% de MgO.
Sulfato de potasio.
Sulfato doble de potasio y magnesio.
Polvo de granito, arena fresca, basalto fino molido.
AzufreAzufre puro elemental (98% S).
Gypsum o sulfato de calcio (yeso) 25% CO2 y 35% SO3.
Sulfato de potasio.
Sulfato doble de potasio y magnesio.
Sulfato de magnesio hidratado (sales de Epsom/kieserita)
CalcioCarbonato de calcio.
Carbonato de calcio y magnesio (dolomita)
Cal agrícola, cal apagada.
Escorias Thomas o calfos.
MagnesioCarbonato de calcio y magnesio (dolomita).
Sulfato doble de potasio y magnesio.
Sulfato d magnesio hidratado (sales de Epsom/kieserita)
BoroBórax
CobreSulfato de cobre
MolibdenoMolibdato de sodio

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Rocas Calcáreas (Minerales y oligoelementos en agricultura)

Carbonato de calcio o cal agrícola

El carbonato de calcio molido o en polvo es un material de una gran pureza, encalador, bueno, barato, fácil de almacenar y de manipular. Si quiere saber todos los secretos del carbonato de calcio para uso agrícola, recomendamos visualizar el siguiente artículo. Exclusivamente dedicado al carbonato de calcio.

Óxido de calcio o cal viva

Es la misma piedra caliza o carbonato de calcio calcinada o quemada en hornos. Se encuentra en el comercio en forma de terrones más o menos grandes. Para aplicarla al suelo es necesario molerla y pulverizarla. Inmediatamente después de la aplicación produce gránulos que se endurecen por la formación en su superficie de carbonato de calcio. En este estado puede permanecer en el suelo por largo tiempo.

Para su aplicación se recomienda tratarla con agua a fin de apagarla ya que sin este proceso se corre el riesgo de quemar las semillas y eliminar buena parte de la actividad microbiológica del suelo.

Hidróxido de calcio o cal apagada

El óxido de calcio es una sustancia blanca, ligera, cáustica y alcalina que en estado natural se halla siempre combinada con alguna otra. Es la misma cal viva después de haberla tratado y apagado con agua. Recibe en este estado el nombre de cal hidratada. Puede ampliar información en el siguiente artículo. Exclusivamente dedicado al Hidróxido de calcio o cal apagada.

Carbonato de calcio y magnesio (dolomita)

La dolomita es un mineral muy común. Se la encuentra con frecuencia en rocas ígneas ultrabásicas, notablemente en carbonatitas y serpentinitas, en sedimentos carbonatados metamorfizados, donde puede recristalizar para formar mármoles de dolomita y en vetas hidrotermales. Si quieres saber todo sobre la aplicación de dolomita, recomendamos visitar el artículo dedicado a este mineral.

Visitar — Dolomita en agricultura orgánica [Carbonato de calcio y magnesio]

Sulfato de calcio o yeso agricola

El sulfato de calcio mejor conocido como yeso agrícola, es un producto que se utiliza en la agricultura desde hace casi 3 siglos. Probablemente el uso más conocido es como acondicionador halomórfico de suelos, es decir para mejorar suelos con exceso de sales, de sodio o de ambos. Este producto también sirve para mejorar suelos ácidos y se lo puede emplear además como fertilizante por su contenido en azufre y en calcio.

Puede ampliar información en el siguiente artículo «Sulfato de calcio o yeso agrícola como fuente fertilizadora y correctora de suelos».

Rocas Fosfatadas o fosfóricas (Minerales y oligoelementos en agricultura)

Fosforitas

La fosforita es una roca sedimentaria no detrítica que contiene altas cantidades de minerales fosfatados, que representan por lo menos 15–20 %, valores significativamente superiores al de una roca sedimentaria típica que contiene menos de un 0,2 %. Los fosfatos están presente como Ca5(PO4)3F típico en masas criptocristalinas (tamaños de grano < 1 μm), así como en forma de hidroxiapatita Ca5(PO4)3(OH), que a menudo se obtiene a partir de la disolución de los huesos de animales vertebrados.

También se encuentran disueltos en rocas ígneas y metamórficas. A menudo existen depósitos de fosforita en capas extensas, que en conjunto cubren decenas de miles de kilómetros cuadrados de la corteza terrestre.

Como se señaló anteriormente, en Ecuador existen significativos afloramientos de rocas fosfatadas o fosfóricas (fosforitas) en la provincia de Napo, cuyas cualidades fueron evaluadas por Guachamin & Calvache (2001), habiéndose obtenido resultados satisfactorios con los niveles de 100 y 200 kg de P2O5/ha, aplicados sobre el suelo ácido de la localidad de Maldonado (Carchi) de características ándicas, alcanzando sus valores más altos, de 8,73% a los setenta y cinco días (42,49 % en su proyección anual) y 7,53 % (36,65 % en su proyección anual).

Estos análisis deberán ser realizados y validados en otros cultivos, procurando establecer la granulometría adecuada, así como los medios y los tiempos de acidulación más apropiados, para que la fosforita pueda ser aprovechada adecuadamente al tiempo que se disminuyen los costos de producción cuando se trata de dotar al suelo especialmente de fósforo.

Para lograr una absorción más rápida y un efecto residual más prolongado, la fosforita debe molerse finamente hasta alcanzar una granulometría del 90 % pasando por una malla 100. Por su alto contenido de calcio en forma de óxido de calcio (CaO) tiene una gran capacidad para neutralizar los suelos ácidos haciendo de esta manera que el fósforo aplicado o el fósforo contenido en el suelo sea asimilable.

La utilización de fosforita representa un doble beneficio cuando se aplica en suelos ácidos, ya que aporta simultáneamente fósforo y calcio al suelo.

La fosforita aplicada aprovecha la acidez normal del suelo y produce una reacción lenta con el fósforo haciéndolo asimilable, evitando que sea fijado por las partículas del suelo para que pueda ser tomado por las plantas.

La roca fosfórica o fosforita debe aplicarse al suelo antes de la siembra o cuando se preparan abonos orgánicos para posibilitar su acidulación natural. Debido a su reacción lenta y por los altos contenidos de fósforo (22 a 30 %) este elemento se mantiene disponible para las plantas durante varias cosechas después de su aplicación.

Más información >>>

Escorias básicas de desfosforación: escorias Thomas o calfos

Las escorias Thomas o calfos son un subproducto de la industria del acero. Poseen un contenido relativamente alto en fósforo (P₂O₅) de aproximadamente el 60 al 70 % y alrededor del 14 % de calcio (CaCO₂).

Se aplican a los suelos más por el contenido de fósforo que como material de encalado. Su poder de neutralización las convierte en un material adecuado para ser aplicado en suelos ácidos deficientes en fósforo. También son fuente de magnesio.

Azufre elemental

El azufre es un elemento químico de número atómico 16 y símbolo S (del latín  sulphur). Es un no metal abundante que posee un olor característico.

Se encuentra en forma nativa en regiones volcánicas y en forma reducida en sulfuros y sulfosales, o bien en su forma oxidada como sulfatos. Es un elemento químico esencial constituyente de los aminoácidos cisteína y metionina y por consiguiente necesario para la síntesis de las proteínas presentes en todos los organismos vivos. Se usa principalmente como fertilizante pero también en la fabricación de fungicidas e insecticidas.

El azufre (S) es el décimo tercer elemento más abundante en la corteza terrestre. Es uno de los 9 macronutrientes por lo que es esencial para el crecimiento y el desarrollo de los organismos vivos, debido a su participación en la síntesis de proteínas. Se encuentra en el suelo en diferentes formas químicas: azufre como parte de compuestos orgánicos asociados con la Materia Orgánica del Suelo (MOS) o azufre inorgánico que forma principalmente sulfatos (disponible para los vegetales).

Del azufre total del suelo aproximadamente el 97 % se encuentra en formas orgánicas y el 3 % restante en formas inorgánicas.

Es necesario entonces que los suelos estén adecuadamente dotados de MO para que los procesos de descomposición de la misma entreguen a los vegetales las cantidades necesarias de azufre.

Es común asociar el nitrógeno con la MO y con los procesos de descomposición que lo transforman en mineral asimilable para las plantas. Este mismo proceso es válido para el azufre.

El contenido de azufre de los suelos es muy variable. Los valores más bajos se encuentran en suelos arenosos (a razón de 20 mg de S/kg de suelo) mientras que los más altos están en zonas de mareas donde el azufre tiende a acumularse (a razón de 35 000 mg de S/kg de suelo). Pero el rango normal en suelos agrícolas en regiones húmedas y semihúmedas es de 100 a 500 mg de S/kg de suelo lo que equivale a 225 a 1120 kg de este nutriente por hectárea.

Sulfatos (Minerales y oligoelementos en agricultura)

Sulfato de cobre

El sulfato de cobre también llamado sulfato cúprico (CuSO₄), vitriolo azul, piedra azul, caparrosa azul, vitriolo romano o calcantita, es un compuesto químico derivado del cobre que forma cristales azules solubles en agua y metanol y ligeramente solubles en alcohol y glicerina. Su forma anhídrida (CuSO4) es un polvo verde o grisblanco pálido, mientras que la forma hidratada (CuSO₄•5H₂O) es azul brillante.

Puede ampliar información sobre características, usos y aplicaciones en el artículo «Sulfato de cobre en agricultura».

Sulfato de hierro

El sulfato de hierro es un compuesto químico en forma de cristales blancos o azules verdosos. Su fórmula química es FeSO4 y se obtiene por la reacción de hidróxido ferroso y ácido sulfúrico. Es una oxisal formada por 1 átomo de hierro, 1 átomo de azufre y 4 átomos de oxígeno.

El sulfato de hierro aporta gran cantidad de nutrientes a los cultivos (azufre, hierro, manganeso) y ayuda a la reducción del pH tanto de la MO como del suelo, lo que permite mejorar la estructura de los suelos favoreciendo así la producción agrícola.

La MO enriquecida con hierro ejerce una completa acción físico-química en los suelos que mejora su regulación térmica, reduce los procesos erosivos, aumenta su capacidad de retención de agua y mantiene las condiciones hidrológicas generales, entre otros aspectos.

Sulfato de magnesio hidratado: sales de Epsom o kieserita

El sulfato de magnesio o sulfato magnésico, conocido también como sales de Epsom (o sal inglesa), es un compuesto químico que contiene magnesio cuya fórmula es MgSO₄•7H₂O.

Quiere ampliar documentación sobre el sulfato de magnesio, le recomendamos que visite este artículo.

Sulfato doble de potasio y magnesio

El sulfato doble de potasio y magnesio es un fertilizante de origen natural que se somete a procesos de lavado y refinado. Es una excelente fuente de magnesio y de potasio en aquellos cultivos sensibles al agregado de cloruros, como algunos frutales.

Puedes ampliar más información aquí.

Sal potásica en bruto: kainita o silvinita

Se trata de un mineral de la clase de los minerales sulfatos. Fue descubierta en 1865 en Sajonia (Alemania). Su nombre proviene del término griego kainos que significa reciente o contemporáneo, en alusión a su reciente formación como mineral secundario. Algunos sinónimos, aunque poco usados son: caenita, cainita o cenita.

SILICIO

  1. Ruiz (2014) sostiene que el silicio es el único elemento que en cantidades excesivas no causa problemas a las plantas. Este elemento se deposita como una capa gruesa de 2,5 micras de espesor en el espacio inmediatamente inferior a la cubierta cuticular formando una doble capa de cutícula-silicio. Esta formación contribuye para que el silicio alivie el estrés biótico y abiótico. Este sería uno de los mecanismos que promueven la resistencia de las plantas a enfermedades e insectos. Las acumulaciones de sílice (SiO2)en los tejidos actúan como una barrera física a la penetración de las hifas de los hongos y en el caso de insectos les ocasionan daños en el aparato bucal. En el cultivo de banano reduce la velocidad de desarrollo de la sigatoka negra en las hojas.

El silicio en la agricultura  tiene beneficios a nivel edáfico y vegetal. En el suelo las aplicaciones inciden de manera destacada en el estrés mineral. Este estrés puede consistir en una deficiencia o un exceso de elementos esenciales.

Muchos reportes han mostrado los beneficios de aplicaciones de sílice en condiciones tanto de exceso de fósforo, sodio, manganeso, nitrógeno y aluminio así como de deficiencia de fósforo.

A continuación se detallan algunos ejemplos de estas interacciones.

Cuando el suministro de fósforo (P) es muy alto el silicio lo regula limitando la absorción del fósforo inorgánico. Así, los excesos internos de fósforo inorgánico que causan la inactivación de otros nutrientes como el zinc se ven limitados. Se evitan de esta manera problemas fisiológicos como la inhibición de la actividad enzimática y una presión osmótica anormal.

El estrés por deficiencia de fósforo es un tema de vital importancia para los suelos dedicados al cultivo del banano. Debido a los componentes alofánicos de su constitución mineralógica o por sus altos contenidos de hierro y manganeso, estos suelos presentan una fijación de fósforo por lo que necesitan aplicaciones adicionales de fertilizantes fosforados.

La reacción mediante la cual el silicio ayuda a liberar el fósforo fijado por el hierro se detalla a continuación:

2FePO₄ + Si(OH)₄ + 2H = Fe₂SiO₄ + 2H₃PO₄

De esta reacción se desprenden 2 consideraciones importantes:

  1. para que la reacción ocurra, la aplicación de silicio debe realizarse al suelo por lo que se necesitan fuentes edáficas.
  2. además de ayudar a la liberación de fósforo para que este sea asimilable para las plantas, la aplicación de silicio también inactiva el hierro del suelo formando filosilicatos de hierro, compuestos muy estables que impiden la resolubilización de este elemento a fin de que pueda ser asimilado por las plantas.

Las aplicaciones de silicio han mostrado un efecto benéfico en cultivos bajo estrés salino. La traslocación de sodio a los nuevos brotes está parcialmente ligada a la transpiración y se ha establecido que el silicio disminuye la transpiración. Esto sugiere que los efectos benéficos de este elemento en condiciones salinas resulta del decrecimiento de la transpiración que reduce el flujo de sodio hacia la planta.

Los efectos benéficos del silicio en las plantas han sido reportados en una amplia gama de cultivos bajo estrés biótico y abiótico. En presencia de silicio, las hojas, tallos y panículas de arroz muestran un crecimiento erecto promoviendo una mejor distribución de luz en el dosel. En cucurbitáceas, la senescencia de las hojas se retarda haciendo que estas luzcan más verdes y tengan una mayor área foliar.

El silicio activa mecanismos de defensa en cucurbitáceas mostrando un incremento en la actividad de enzimas (quitinasas, peroxidasas, polifenol y oxidasas) y compuestos fenólicos.

Es muy importante señalar que el principal constituyente de la pared celular del hongo Mycosphaerella fijiensis es la quitina por lo que un incremento en la actividad de la enzima quitinasa resultará en una respuesta de defensa del banano frente a la infección de ese hongo. Existen resultados sin publicar sobre el efecto positivo que tienen aplicaciones de silicio, principalmente al suelo, en el retardo de la velocidad de desarrollo de la sigatoka negra.

Sin embargo los efectos benéficos del silicio en la protección vegetal desaparecen al ser interrumpido su suministro, lo que conduce a una pérdida de resistencia aun si el silicio ha sido acumulado (Samuels y otros 1991).

Este argumento contrarresta recientes publicaciones en medios de prensa que afirman que en cultivos como palma y banano apenas 2 aplicaciones al año han producido importantes incrementos en el rendimiento.

La experiencia en el campo, específicamente en el cultivo de banano, refleja la necesidad de aportes continuos de este elemento y su indiscutible efecto benéfico en la producción.

Los estudios sobre los efectos del silicio en el banano han demostrado que la absorción de este elemento por parte de la planta se realiza de una forma pasiva, guiada por el consumo de agua.

Esto hace que durante la época de crecimiento vegetativo los valores de silicio que se absorben puedan ser bastante altos. Se ha establecido que la traslocación de la molécula de silicio como H4SiO4 en la planta es altamente dependiente del flujo transpiratorio que lleva el elemento del sitio de absorción hacia los puntos de terminación de la transpiración, donde se acumula en forma de ópalo biogénico.

Así, para obtener las ventajas que ofrece el silicio en las plantas y para que este elemento se deposite en las hojas, las aplicaciones deben realizarse específicamente al suelo para que pueda desplazarse a través de la planta mediante la transpiración.

Puede ampliar información sobre el Silicio en agricultura en el siguiente artículo.

<<< Silicio en agricultura >>>

ZEOLITA

La zeolita o ceolita según Ezcurra & Pérez Domínguez (1989), son minerales del grupo de los aluminio-silicatos hidratados que se presentan preferentemente en las rocas de origen volcánico donde se agrupan en cantidades industriales y constituyen yacimientos.

Hasta octubre del 2012 se habían identificado dos cientos seis tipos de zeolitas según su estructura, de los cuales más de cuarenta se encuentran en la naturaleza y los restantes son sintéticos. Puede ampliar información recomendamos visitar este artículo dedicado exclusivamente a la Zeolita en agricultura.

Visitar «Zeolita en agricultura».

Oligoelementos o microelementos.

Los oligoelementos o microelementos son bioelementos que se encuentran en cantidades ínfimas (menos del 0,1 %) en los seres vivos. Su ausencia así como una concentración por encima de su nivel característico pueden ser perjudiciales para un organismo vegetal.

Ocho de los 17 nutrientes esenciales para las plantas constituyen el grupo de los oligoelementos o microelementos y en general son elementos por excelencia catalíticos ya que son esenciales en las reacciones redox a nivel biológico.

Los microelementos u oligoelementos aceptados como esenciales y cuya utilización es permitida en la práctica de la agricultura orgánica, ecológica o biológica son el boro (B), el cobalto (Co), el hierro (Fe), el manganeso (Mn), el molibdeno (Mo), el selenio (Se) y el zinc (Zn). Estos son tan importantes para la planta como los nutrientes primarios y secundarios a pesar de que son requeridos en concentraciones menores a 100 μg/g de masa seca.

Los elementos menores como el cobre, el zinc, el hierro y el manganeso se aplican en forma de quelatos mientras que el boro y el molibdeno se aportan en forma de sales.

Boro.

El boro es un microelemento esencial para el desarrollo de las plantas y de las semillas. Puede ampliar más información en el artículo dedicado al Boro aquí.

Cobalto

El estado del cobalto en su forma natural es sólido (ferromagnético). Es un elemento químico de aspecto metálico con tono gris y pertenece al grupo de los metales de transición.

El número atómico del cobalto es 27 y su símbolo químico Co. Su punto de fusión es de 1768 grados K o 1495,85 °C y el de ebullición de 3200 grados K o 2927,85 °C.

El cobalto es necesario para la fijación del nitrógeno en las leguminosas yes un mineral esencial para los rumiantes por ser un componente central de la vitamina B12. Se ha demostrado que en ambientes pobres en cobalto la fijación del nitrógeno es escasa.

En leguminosas el cobalto está ligado a la nodulación y a la consecuente fijación del nitrógeno, por lo que su deficiencia se refleja en falta de nitrógeno. La disponibilidad del cobalto aumenta en medios ácidos y disminuye con la presencia de óxidos cristalinos de manganeso.

Cobre

El cobre es un elemento químico que pertenece al grupo de metales de transición y su aspecto es metálico, rojizo. Su número atómico es el 29 y su símbolo químico Cu. El estado del cobre en su forma natural es sólido (diamagnético). Su punto de fusión es de 1357,77 grados K o 1085,62 °C y el de ebullición de 3200 grados K o 2927,85 °C.

Las plantas con deficiencia de cobre presentan marchitamiento de las hojas jóvenes debido a dificultades en el transporte del agua por una insuficiente lignificación en las células del xilema.

El cobre es importante en la fotosíntesis por lo que su deficiencia resulta en bajas tasas fotosintéticas y por lo tanto bajos niveles de carbohidratos. La falta de cobre ocasiona hojas deformes en los girasoles y en las rosas, hojas cloróticas y botones marchitos.

En los crisantemos se observa necrosis marginal de las hojas las mismas que se deforman así como láminas foliares y peciolos curvados. En el tomate los frutos se agrietan antes de madurar.

Un gran número de especies tiene un desarrollo óptimo en un medio con pH entre 5 y 7. Es necesario considerar que el cobre a pH básico se precipita formando hidróxidos insolubles que no son disponibles para la planta.

La MO cumple una función importante para que el cobre soluble pueda estar presente en el suelo. Las necesidades son pequeñas y el contenido de este elemento debe ser de 4 a 6 ppm para suelos minerales y de 20 a 30 ppm para suelos orgánicos.

Como la lixiviación de este microelemento es insignificante una sola aplicación solucionará todas las necesidades de cobre de las plantas durante muchos años.

Hierro

El hierro es un elemento perteneciente al grupo de metales de transición y su aspecto es metálico brillante con un tono grisáceo. Su número atómico es el 26 y su símbolo químico Fe.

La deficiencia de hierro se caracteriza porque las plantas desarrollan una clorosis intervenal pronunciada. Debido a que este elemento es poco móvil dentro de la planta, los síntomas de deficiencia aparecen en las hojas jóvenes de la parte superior.

Las plantas de rosa son particularmente sensibles a esta deficiencia que puede ser inducida por el exceso de nitratos en la rizósfera y generar clorosis severas en las hojas.

En el sistema de riego el hierro puede ocasionar taponamiento de los métodos por goteo. Cuando el agua proviene de pozos profundos ricos en este mineral, al llegar a la superficie este forma Fe(OH)3 que se precipita y es insoluble.

Tal formación es lenta por lo que es posible tomar medidas correctivas a fin de evitar daños en el sistema.

Manganeso

El manganeso en el suelo y la producción agrícola, interviene en el metabolismo del fósforo y el nitrógeno, aumenta la disponibilidad del fósforo y del calcio, desempeña un papel directo en la fotosíntesis y ayuda a la síntesis de la clorofila, acelera la germinación y la madurez y es fundamental para la calidad de los frutos.

Puede ampliar información en los siguientes artículos:

Molibdeno

El molibdeno se encuentra en cantidades importantes en el agua de mar en forma de molibdatos (MoO₄⁻²) y los seres vivos pueden absorberlo fácilmente de esta forma. Tiene la función de transferir átomos de oxígeno al agua.

Este micronutriente es absorbido bajo la forma de oxianión molibdato (MoO⁻²). Su absorción por parte de las raíces puede ser afectada por la presencia del ion SO₄⁻² porque los mecanismos que controlan la absorción de este ion también pueden afectar la remoción de MoO₄⁻².

La importancia del molibdeno radica en que es un constituyente esencial de las enzimas responsables de la Fijación Biológica de Nitrógeno (FBN) y de la reducción de nitrato a amonio. Estas enzimas son la nitrogenasa y la nitrato reductasa respectivamente.

La deficiencia de molibdeno está correlacionada con el metabolismo del nitrógeno. La coliflor y el repollo son sensibles a la deficiencia de este elemento presentando como síntoma la “cola de látigo” que se caracteriza por una nervadura central con un área foliar mínima.

La falta de este elemento puede presentarse en suelos ácidos con presencia de óxidos de hierro y aluminio, los cuales adsorben el molibdeno. Su disponibilidad aumenta por factores como el incremento del pH y la presencia de fósforo. El magnesio aumenta la toma de molibdeno por parte de la planta.

La deficiencia de molibdeno suele darse en suelos arenosos y en suelos orgánicos y minerales ácidos, lo que significa que está muy influenciada por la acidez y la lixiviación.

Selenio

El dióxido de selenio es un catalizador adecuado para la oxidación, hidrogenación y deshidrogenación de compuestos orgánicos.

Este elemento es absorbido por las plantas como anión SeO₄⁻² y forma proteínas al igual que el azufre, pero estas no son funcionales. Existen plantas acumuladoras de selenio en miembros de la familia Cruciferae, como el brócoli, pero la mayoría de las plantas cultivadas no acumulan este nutriente.

En el género Astragalus, cuyas plantas acumulan este mineral, se encontró que el selenio previene la absorción excesiva de fosfatos a niveles tóxicos. Pese a que no se reportan otros beneficios, este es un elemento esencial para animales y humanos.

Zinc

El estado del zinc en su forma natural es sólido (diamagnético). Es un elemento químico de aspecto azul pálido grisáceo y pertenece al grupo de los metales de transición. Su número atómico es 30 y su símbolo químico Zn. Su punto de fusión es de 692,68 grados K o 420,53 °C y el de ebullición de 1180 grados K o 907,85 °C.

El zinc es absorbido por las plantas como catión divalente (Zn⁺²) o quelato vía radical o foliar. Este es un elemento transportado vía xilema y relativamente poco móvil al interior de la planta. Es importante porque es constituyente de la enzima anhidrasa carbónica que cataliza la formación de ácido carbónico a partir de CO₂ y agua.

Esta enzima está localizada tanto en los cloroplastos como en el citoplasma. Este micronutriente es necesario además para el mantenimiento de las biomembranas en las que forma complejos con grupos fosfolípidos y sulfidrilos protegiendo los lípidos de la membrana y las proteínas frente a daños oxidativos, por lo que su deficiencia ocasiona un aumento de la permeabilidad de las membranas.

Otra función importante del zinc es que forma parte del aminoácido aromático triptófano, precursor de las auxinas. En plantas de tomate con deficiencia de zinc hay retardo en la elongación del tallo lo que está correlacionado con una disminución de la síntesis de ácido indol acético (AIA).

La deficiencia de zinc comienza en las hojas jóvenes que presentan un amarillamiento progresivo y una disminución de su tamaño.

En las rosas la deficiencia de este nutriente se manifiesta con la muerte de los puntos de crecimiento y la consecuente aparición de brotes laterales por lo que se presentan desarrollos vegetativos en forma de roseta.

La disponibilidad de este nutriente aumenta con la disminución del pH y la presencia de sulfato, mientras que su disponibilidad disminuye a pH básico. Otros factores, como la interacción con cobre, hierro o manganeso y suelos con alta disponibilidad de fósforo, reducen la absorción de zinc.

En la agricultura el zinc es importante para el crecimiento y la producción de los cultivos. Influye en gran medida en el tamaño de los entrenudos, es fácilmente absorbido vía foliar y actúa en el crecimiento de las plantas por su participación en la formación del AIA.

En las siguientes tablas se presentan los contenidos nutrimentales presentes en las sales cuyo uso está permitido en la agricultura orgánica, ecológica o biológica: sales procedentes de fertilizantes minerales primarios (tabla 76) y sales naturales (tabla 77).

Sales procedentes de fertilizantes minerales primarios, de uso permitido en la producción orgánica ecológica o biológica

FertilizanteFórmula% P2O5 % K2O% S% Zn% Mn% CaO% Fe
Fosforita3040
Óxido de magnesioMnO68
Óxido de ZincZnO78
Óxido de hierroFeO69
Óxido de calcioCaO85
Hidróxido de calcioCa(OH)₂65
Carbonato de calcioCaCO380,9
Carbonato de calcio y magnesio CO3CaMg52
Tabla 76

Sales naturales de uso permitido en la producción orgánica

FertilizanteFórmula% P2O5% K2O% S%Zn% Mn% CaO% mg% B
Sulfato de potasioK2SO45017,6
Sulfato de magnesioMgSO4139,8
Sulfato de calcioCaSO418,632,6
Sulfato de manganesoMnSO421,236,4
Sulfato de potasio y magnesioK2SO4 · MgSO4222216
BóraxNa2B4O7·10H2O11
Tabla 77

Fuente: Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca del Ecuador.

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